Calella es un pueblo marinero en pleno corazón de la Costa Brava que ha mantenido su espíritu costero y tranquilo más allá del afán turístico, pero a pesar de eso es una localidad que se encuentra entre lso destinos preferidos por turismo español y sobre todo catalán. No verás grandes infraestructuras discotequeras ni hoteleras y sin embargo el pueblo está todo el verano a reventar de visitantes en parte es debido a sus playas, que encarnan el auténtico espíritu de la Costa Brava, calas de pequeñas dimensiones, conservadas en su estado natural semivirgen, de arenas blancas y finas, escondidas por acantilados que las flanquean y con unas aguas cristalinas y limpias como pocas.
En total en Palafrugell hay 10 playas, 3 de ellas con bandera azul; de ellas, 6 corresponden a Calella, todas ellas preciosas:
Port Bo es una de las playas urbanas de Calella, una playa a la que se accede por el Paseo Marítimo, y que ha sido tradicionalmente utilizada por los pescadores para amarrar sus embarcaciones aunque hoy en día está directamente en el centro del pueblo.
Pegadita a ella, separada por unas rocas, hay un pequeño entrante que forma una calita llamada En Calau / Sa Platgeta, que con su escaso tamaño, justo debajo de las casas en lo alto del acantilado tiene un alto grado de ocupación.
Otra pequeña cala es la de Sant Roc o dels Canyers de sólo 40 metros de largo por casi 20 de ancho, que comparte el espacio con algunas casas que llegan hasta la misma orilla del mar; es de rocas, en ella no hay arena no tiene servicios y el acceso no es tan cómodo como en las playas urbanas que la rodean.
La siguiente playa es la de Port Pelegrí, a la que se llega desde el casco antiguo y es donde faenaban los pescadores de la zona manteniendo aún la zona de fondeo para embarcaciones deportivas. Hoy en día es una de las que tienen una más alta ocupación.
Playas de Calella de Palafrugell, en el Bajo Ampurdan de Girona, un precioso ejemplo de calas de la Costa Brava mediterránea, como son y como llegar
Marga G.-Chas Ocaña