La playa ideal para alguien que busque buen ambiente y una gran oferta de cultura, ocio y servicios sin masificaciones turísticas, una de las playas perfectas es la Playa de La Concha, la playa urbana de la ciudad de San Sebastián, en Gipúzcoa.
La Concha es una enorme bahía en forma de media luna en pleno centro neurálgico de la ciudad. Su cuidado entorno, sus aguas cristalinas y sus impresionantes vistas de los extremos montañosos y la pequeña isla de Santa Clara la convierten en una auténtica postal.
Es cierto que no tiene la arena fina de las playas mediterráneas, pero es una pequeña salvedad que se puede soportar perfectamente si se lleva una esterilla (esto mismo nos sucederá en muchas playas del norte, así que es recomendable llevarla siempre en el coche) y se compensa con el hecho de que sea una de las playas más elegantes y con más glamour de toda la costa española.
Mide 1350 metros de longitud, dispone de los cómodos accesos propios de las playas urbanas y de todos los servicios propios de una playa premiada con la Bandera Azul. El baño también resulta muy reconfortante, pues la playa está protegida del Cantábrico abierto los montes Igeldo (al oeste), Urgull (al este) y la isla de Santa Clara (norte), lo que convierte la bahía casi en una piscina natural.
La playa de La Concha está bordeada por el que probablemente sea el Paseo Marítimo más famoso de España, con su peculiar barandilla, diseño de Juan Rafaelel Alday al comienzo del siglo XX. Sus edificios señoriales, La Real Casa de Baños, el Balneario de la Perla, lo convierten en todo un exponente de la elegancia. Aunque sólo se denomina La Concha un pequeño tramo, también están el Paseo de Miraconcha, el de Ondarreta. En uno de los extremos ondea el conjunto arquitectónico de Eduardo Chillida llamado el Peine del Viento.
Marga G.-Chas ocaña