Nuestras Islas Baleares representan uno de los archipiélagos de más hermosos y visitados de todo el mar Mediterráneo. Las 208 playas de la isla de Mallorca, 75 de Menorca y las 86 entre las islas de Ibiza y Formentera, convierten a las Baleares en un objetivo turístico de primera categoría para todos aquellos viajeros que buscan el disfrutar del sol, la playa y las actividades en las aguas mediterráneas.
Las costas de las Baleares presentan un aspecto muy diverso con playas de distintos tamaños y características y con zonas rocosas que cuentas con altos acantilados o con piscinas naturales. Las playas más turísticas son las playas cercanas a los centros urbanos, con accesos muy cómodos y una gran cantidad de infraestructuras, servicios y equipamientos. Son playas extensas, con arena fina y dorada y con zonas perfectamente acondicionadas para el baño, a las que uno se puede ir únicamente con el bañador, porque en ellas puede encontrar todo lo que necesite: sombrillas, hamacas, chiringuitos, restaurantes, etc… en la mayoría de ellas se pueden alquilar náuticos para actividades, que es otro de los fuertes de las Baleares y en las playas más exclusivas podemos encontrar hasta zonas spa, música con dj’s en directo o servicio de coctelería en la propia hamaca.
Pero muchos de los viajeros que escogen las Islas Baleares lo hacen por otra razón, la belleza e intimidad de sus preciosas y abundantes calas. Las calas mallorquinas y menorquinas son famosas por su belleza; escondidas en lo pliegues de las zonas litorales más rocosas, se caracterizan por sus aguas transparentes de color turquesa y por la intimidad que proporcionan. Algunas son tan pequeñas que desaparecen con la marea alta y otras tan inaccesibles que solo se puede llegar a ellas en barco, pero todas tienen en común que son trocitos de costa vírgen que suponen exquisitos paraísos en medio de la vorágine turística de estas islas.
Marga G.-Chas Ocaña
